sábado, 16 de febrero de 2008

El animal culpable

Más que desarrollar una noción del yo, para que un grupo de animales adquiera el tipo complejo de relaciones sociales que distinguen al ser humano lo inmediatamente necesario parece ser el que sean sujetos de culpa, para hacerse responsables por los actos que realizan de acuerdo a un rol social. El poder interiorizar al castigador para reprimirse es lo que distingue al ser humano como animal neurótico, correspondiendo este castigador con el súper yo del psicoanálisis.

¿Es posible que un animal acceda a un rol social de tipo humano sin que medie la neurosis? ¿Es posible que el yo haya aparecido en nuestra especie antes e independientemente del súper yo? Si llega a demostrarse, como sospecho, que el súper yo tiene asociada su propia unidad de herencia, así como el ello tiene asociado a los genes, esto sería una evidencia que apoyaría la idea de que la culpa es suficiente para incrementar la complejidad del trato social de una especie y que las identidades son por tanto productos secundarios de estos tratos y de la convivencia de las unidades de herencia que los justifican.

Este análisis puede llevarse a la diferencia existente entre las ideas centrales en torno a las que giran el cristianismo y el budismo: la culpa y la compasión (respectivamente)… ¿cuál apareció primero, evolutivamente hablando? ¿puede ser una la adaptación de la otra?

Si la culpa es primordial al yo la compasión es una especie de adaptación de la culpa ya que no podría hacerse propio un acontecer ajeno si no hay identidades y si las identidades recaen primeramente en la culpa. Quizás esto explique por qué la idea del pecado original es tan persistente y tan psicológicamente poderosa mientras que no parece haber una idea de “compasión original” que se le compare puesto que su significado budista en su forma más pura, como la iluminación, resulta inaccesible para la mayoría de las personas.

Tal parece que los medios de la oscuridad siempre serán más poderosos por apelar a las raíces de nuestra psique. A dar a sombra aprende…

2 comentarios:

Christian dijo...

No creo que la conciencia de identidad provenga del sentimiento de culpa, porque reafirmamos nuestra idea del yo mediante nuestra relación total con el entorno, al darnos cuenta de qué tanto podemos controlar y en qué cosas podemos producir efectos. Esto no solo involucra las relaciones sociales o la concepción moral y ética.

Christian dijo...

Por otro lado, el ser humano se ha dado cuenta que la des-dignificación de otros mediante la inculcación del sentimiento de culpa debilita su resistencia y facilita su manipulación, para esto la religión es el método más eficiente.

(Una entrada muy interesante, da para comentar mucho)